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jueves, 6 de noviembre de 2014

Wrecking ball


Quizá algunos lo consideren algo tonto. Quizá muchos lo crean extravagante. Pero lo que es innegable, es que si Miley Cyrus está de por medio, hay algo que vale la pena contar. La pregunta es
si realmente merece ser considerado el acontecimiento más importante del año en un tema tan amplio como la música. Pues bien, quizá haya habido noticias con mayor número de personas involucradas, noticias con protagonistas más "serios", pero puedo asegurar sin miedo a equivocarme que, lo que me dispongo a contarles, protagonizado por Miley Ray Cyrus en la gala anual de los MTV VMAs, es una de las historias más humanas de la última década, algo que a muchos nos hace falta.

Después del provocativo vídeo de su single "Wrecking Ball", Miley había arrasado, y como consecuencia le dieron el premio al mejor vídeo musical (sí, es ese donde sale desnuda). En la memoria de todos los asistentes todavía estaba la gala del año pasado donde la transgresora artista había inventado el baile conocido como twerking. Nadie podía haber imaginado que este año no iba a haber provocación alguna de Miley (al menos del tipo sexual). En vez de ir ella misma a recoger su premio, fue un curioso joven de grañas rubias y media melena, un poco como Kurt Cobain, quien lo hizo y aceptó el galardón de manos de Jimmy Fallon. Se presentó al mundo como Jesse, y dio un discurso en el que explicaba que era un mendigo. Hizo un llamamiento a la gente para que atendiese a su colectivo y para que participasen en la campaña que su amiga Miley había creado #MyFriendsPlace.

Un gesto de lo más loable que sorprendió en una artista que una vez más provocó a los asistentes, aunque esta vez fuese una provocación del alma.




Fuentes:
ElMundo.es

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